Pues sí, lo adivinásteis. Por imperativo metereológico (que llueve que te cagas) el abuelo y yo decidimos repetir el pasado sábado el programa que antaño dedicamos a la música que uno debe escuchar en los días de lluvia recurrente. No os avisamos para daros la sorpresa. Je je. Somos así de traviesos.
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